La historia es tan sencilla como
encantadora: un cordero luce su pelaje blanco con orgullo, danzando con alegría
frente a los demás animales. Pero un día es trasquilado y quedando pelón, sufre
por su piel rosada, se pone triste y deja de bailar.
Pero aparece un “conejílope” que
le propone saltar en vez de bailar, y vivir orgulloso a pesar de estar pelón,
al fin y al cabo, al pasar los días
volverá a lucir su pelaje…
Un hermoso corto de Píxar, que dedicamos
a aquellos que hoy se sienten tristes y ven un horizonte no tan claro. Esa es
la vida y si se pudiera dar un salto al futuro, la conclusión no sería tan diferente
de “Boundin”. Así que, a saltar y saltar y saltar… pues “es la vida una rueda con forma
de noria”.
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